Una vez que hemos elegido sobre qué tema realizaremos nuestro trabajo y nos lo ha aprobado nuestro tutor el siguiente paso es comenzar a redactar la introducción de éste.

En artículos anteriores hemos comentado que para poder realizar un buen trabajo de fin de grado o de máster la primera cosa que debemos hacer, y es una de las más importantes, es elegir el tema sobre el que lo vamos a realizar. Una vez que hemos elegido sobre qué tema realizaremos nuestro trabajo y nos lo ha aprobado nuestro tutor el siguiente paso es comenzar a redactar la introducción de este.

Desde nuestro punto de vista, quizás, este sea uno de los pasos más difíciles ya que sentarte enfrente de un lienzo en blanco y comenzar a desarrollar el contenido del trabajo no siempre es fácil.

Por este motivo, nos gustaría ayudarte explicándote cuál es la estructura ideal para redactar una buena introducción y qué debe contener cada una de las partes que la forman.

La introducción es la parte más importante del TFG o TFM. Conforma un sólo capítulo del trabajo y será el primero.

El fin de esta primera parte es realizar una descripción del trabajo que vamos a realizar, de forma que al finalizarlo tengamos claro qué nos vamos a encontrar en el resto del trabajo. De esta forma debes exponer el tema que vas a tratar, cuáles son los puntos claves y cómo los has afrontado, además, de una breve explicación de cómo se relacionan unos con otros.

En definitiva, podemos decir que la introducción de un TFM, TFG o cualquier trabajo de investigación es la carta de presentación del resto del proyecto. Por este motivo, nuestro objetivo será captar la atención del lector en el primer o segundo párrafo.

De qué hablar en la Introducción del TFG

Este capítulo consta de un total de 13 puntos que tendrás que desarrollar de forma que cuando el tribunal lea la introducción tengan una idea clara de qué se van a encontrar en el TFG o TFM.

Estos puntos serán los siguientes:

  1. Propósito que tiene el estudio del tema elegido
  2. Identificación de las partes que forman la introducción a modo de guía.
  3. Identificación del motivo del estudio
  4. Ámbito
  5. Importancia práctica y teórica del estudio
  6. Estado de la cuestión
  7. Identificación del objetivo, el problema y establecimiento de las preguntas claves.
  8. Resumen de la metodología utilizada
  9. Esquema explicativo
  10. Plan de acción
  11. Definición el tono utilizado en el proyecto
  12. Definición de la extensión del proyecto

Esta presentación inicial de los puntos que conforman la introducción puedes realizarla de dos formas distintas.

La primera es enumerando y describiendo al mismo tiempo cada uno de los puntos. Recuerda que se trata de hacer una breve descripción para que el lector tenga claro que podrá encontrar en este punto de la introducción.

Si no quieres entrar tan pronto en detalle puedes optar por la segunda opción, realizar una enumeración escueta y breve de los distintos puntos. Puedes entrar en detalle más adelante.

Reorganiza tus ideas antes de empezar

Te recomendamos que antes de comenzar la introducción del TFG o TFM realices un pequeño ejercicio para ordenar tus ideas. Identifica el contenido que desarrollarás en cada uno de los puntos, dedica unos minutos a reflexionar sobre la información que vas a plasmar y cómo hacerlo.

Debes tener en cuenta que el lector al que te dirijas es posible que no tenga conocimientos del lenguaje técnico que quizás estés pensando utilizar. Nuestra recomendación es que uses un lenguaje profesional y riguroso mezclado con expresiones coloquiales y que hagan amena la lectura.

El truco está en saber sintetizar en pocas páginas la información que el lector podrá encontrar en el resto del TFM o TFG, de forma concisa y clara. ¡Recuerda nuestra propuesta anterior!

Si te has quedado con ganas de saber más sobre cómo escribir la introducción de tu TFG o TFM en la segunda parte de este artículo te contamos qué información debes incluir en cada uno de los puntos que forman la introducción.

¡No tiene desperdicio!

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