Estás llegando a las partes finales de tu TFG y te toca enfrentarte al apartado de discusión. Es una parte esencial para tu trabajo, ya que te permitirá reflexionar sobre el cumplimiento de los objetivos planteados al inicio del mismo. Además, en este apartado podrás demostrar tu capacidad de análisis crítico ante los resultados obtenidos, así como contribuir a señalar la relevancia y aplicabilidad de dichos hallazgos.
En los próximos párrafos te vamos a explicar cómo hacer la discusión de un TFG y te vamos a mostrar diferentes ejemplos del apartado de discusión en un TFG.
¿Qué es la discusión de un TFG?
La discusión de un TFG es uno de los apartados finales en el que se analizan y se realiza una interpretación de los resultados que se han obtenido a lo largo de todo el trabajo. Lo que se busca con este apartado, es exponer el significado de los resultados obtenidos, relacionándolos con los objetivos e hipótesis que se han planteado al inicio del TFG, así como destacar sus implicaciones (tanto teóricas como prácticas). Además, en este apartado se busca encontrar las diferencias o similitudes que se encuentran con estudios previos realizados por otros autores sobre la temática.
¿Cómo escribir la discusión del TFG?
Para escribir la discusión del TFG debes tener en cuenta que existen una serie de elementos que deben aparecer indiscutiblemente en ella. Si sigues los siguientes pasos, elaborarás una discusión con una estructura ordenada y que incluya toda la información necesaria:
Revisión de los resultados
Antes de comenzar a redactar el apartado de discusión, es importante que te asegures de que tienes claros los resultados que has obtenido y que los comprendes. Debes tener identificados cuáles son los resultados más importantes y su relevancia.
Relación de los resultados con los objetivos
Presenta de nuevo los objetivos y/o hipótesis que te planteaste al inicio de tu trabajo y evalúa si se alinean con los resultados que has obtenido tras tu investigación. ¿Has cumplido los objetivos que te has planteado? ¿Se ha confirmado la o las hipótesis en las que se ha basado tu investigación? ¿Has encontrado algún resultado que se haya desviado de lo esperado y que te llame especialmente la atención?
Comienza redactando la pregunta o hipótesis a la que se quiere dar respuesta con tu trabajo y expón (a la vez que vas interpretando) los resultados que le dan respuesta. Esto debes redactarlo en presente ya que estás exponiendo unos resultados ya existentes, por lo que ya pueden considerarse evidencia científica.
Si tienes más de una pregunta de investigación o hipótesis, ve relacionando los resultados con cada una de ellas y decidiendo si se aceptan o se rechazan exponiendo una respuesta justificada de la decisión tomada. En caso de que no hayas podido dar una respuesta a alguna de tus preguntas, no trates de ocultarla o de alterar los resultados para dar una respuesta. Si es posible busca una explicación a esta dificultad.
Relación de tus resultados frente a los obtenidos por otros investigadores.
Toma como referencia las investigaciones que has expuesto anteriormente en tu trabajo para comparar tus resultados con los de otros autores. Debes señalar tanto las semejanzas como las diferencias entre estudios. Ante esto último, intenta explicar las posibles causas de dichas diferencias.
Limitaciones del estudio
A lo largo de tu investigación puedes encontrarte con diferentes dificultades que han podido afectar a los resultados obtenidos. Por ejemplo, la muestra puede no ser lo suficientemente grande, se han presentado problemas en el diseño o has tenido dificultades en la recolección de los datos. En este punto tienes que ser lo más objetivo posible para señalar dichas limitaciones para que el lector las tenga en cuenta y pueda considerar su efecto en los resultados obtenidos. Puedes aprovechar este punto para sugerir futuras líneas de investigación.
Reflexión sobre las implicaciones de los resultados
Una vez has interpretado los resultados de tu estudio, puedes sugerir cómo estos se pueden utilizar para llevar a cabo otras investigaciones en tu campo de estudio o qué aplicaciones prácticas tienen.
Cada uno de estos puntos deben estar redactados de una forma clara y organizada, que haga que la lectura de la discusión sea sencilla, de modo que al lector le quede clara la interpretación que has realizado de los resultados de tu investigación. En caso de que lo consideres necesario, utiliza subtítulos para facilitar la lectura. Ten en cuenta que no se trata únicamente los resultados de tu trabajo, debes centrarte en interpretarlos y contextualizarlos, al mismo tiempo que los relaciones con investigaciones previas para dar mayor profundidad al análisis.
Ejemplos de discusión
Una vez hemos descrito las características de una discusión y cómo debes desarrollarla, vamos a ver ejemplos de discusión:
TFG: Rol enfermero en el Trastorno del Espectro Autista (TEA)
Enlace: https://acortar.link/0nGbyY
TFG: Análisis comparativo de la motivación en el alumnado de primaria, según el tipo de deporte: tradicional vs. alternativo.
Enlace: https://acortar.link/gnnc7K
Diferencia entre discusión y conclusiones
La discusión y las conclusiones de un TFG son las partes finales del mismo y, en cierto modo, se encuentran relacionadas, por lo que puede llegar a considerarse como el mismo apartado, pero existen diferencias entre ellos que es importante tener en cuenta.
En primer lugar, el propósito de la discusión es interpretar los resultados obtenidos relacionándolos con los objetivos del trabajo, el marco teórico e investigaciones previas. Además, se busca reflexionar sobre las implicaciones de los resultados y sobre las posibles limitaciones que hayan existido en la investigación. En cuanto a las conclusiones, son un resumen de los hallazgos del trabajo y de las ideas clave que se pueden extraer sin incluir ningún tipo de análisis ni interpretación de mayor profundidad. Con este apartado, lo que se busca es cerrar el trabajo.
Si bien es cierto que, a pesar de que existan diferencias entre ambos apartados, dependiendo del centro académico los puedes encontrar redactados juntos o por separado. Lo ideal es hacerlo por separado ya que, tal y como hemos comentado, tienen un propósito diferente. Sin embargo, se pueden combinar en algunos casos creando un único apartado denominado “Discusión y conclusiones”. De todos modos, para asegurarte sobre cómo tienes que hacerlo en tu caso, es muy importante que revises la guía de tu universidad o que lo consultes con tu tutor/a para que puedas cumplir todos los requisitos establecidos.
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